De plagios y otras fullerías

En los últimos días, dos escritoras de novela romántica, conocidas por sus seudónimos Norah Carter y Mónica Hoff, han pasado de tener varias obras en el codiciado Top100 de Amazon a desaparecer de dicha plataforma. El motivo: se ha descubierto que su trabajo no era original, sino plagiado. Lo anunció en Facebook la lectora Patricia Roldán y, a continuación, creó un blog titulado Desmontando a Norah, donde relató al detalle el resultado de sus averiguaciones. No conozco de nada a esta lectora. Llegué a su bitácora a través de Facebook y me quedé sorprendida, tanto por el contenido de su denuncia como por el laborioso trabajo –digno de un buen periodista de investigación– de recolección de pruebas que dieran fe de la veracidad de sus acusaciones. No voy a repetir lo que Patricia ya ha escrito, y que recomiendo leáis en su blog. El objetivo de esta entrada es el de comentar mis sensaciones ante lo ocurrido e intercambiar opiniones con autores y lectores.



Debo confesar que el “fenómeno Norah Carter” me produjo, desde sus inicios, una mezcla de curiosidad y confusión. Reconozco que leí sinopsis y primer capítulo de algunas de sus obras (de modo gratuito), y aquella experiencia no pudo dejarme más confundida. No entendía cómo era posible que textos llenos de errores y sin ninguna calidad literaria se mantuviesen meses y meses en las listas de los más vendidos. La única explicación que se me ocurría era que las lectoras de dichos subproductos no buscaban Literatura, sino una especie de entretenimiento banal. Ahora me entero de que esas compras masivas no eran tales. Al parecer, hay trucos informáticos incluso para “engañar” a una multinacional como Amazon y convertir un bodrio en un bestseller. La autora Mercedes Pinto ha tenido la gentileza de desvelar algunos en su blog. Desde aquí mi agradecimiento, a Patricia y a Mercedes, por sacar a la luz pública prácticas fraudulentas que perjudican a tantos autores honestos y talentosos. 
¿Dónde está el problema? ¿En la plataforma, en las autoras tramposas, o quizás en los lectores/as?  
Respecto a Amazon, debemos tener presente que se trata de una tienda, sin responsabilidad sobre la calidad de los libros que comercializa. Eso depende de las editoriales, cuando las obras se publican bajo un sello; o de los autores, si hablamos de autopublicados. En el caso aludido, la firma ha actuado como era de esperar: retirando las obras bajo sospecha. Se puede comprobar que ya no aparece nada bajo los nombres denunciados por plagio en el buscador de la plataforma.
En relación a las presuntas plagiadoras, resulta difícil entender que vayan de comunicado en comunicado sin ofrecer pruebas que respondan a las acusaciones... Además de un delito de usurpación de la propiedad intelectual, que tendrá que dirimirse en los Tribunales, hay datos suficientes para calificar como falto de ética un “periplo literario” cuya intención apuntaba, según todos los indicios, a ganar dinero a costa del esfuerzo de otros…
Y sobre las lectoras, sigo sin explicarme que haya gente que pague por leer historias tan insulsas y mal escritas… No me refiero solo a las obras de Norah Carter y Mónica Hoff, sino también a las de otras autoras (todas con seudónimos extranjeros), que publican una "novela" al mes o cada dos meses y siempre tienen varias en los primeros puestos del Top100. Ignoro cómo lo hacen… Lo que sí puedo atestiguar es la ausencia de Literatura en las mismas, que se percibe solo con leer la sinopsis. Como trabajadora del lenguaje, considero imposible escribir una novela de calidad en un par de meses. Una cosa es juntar palabras y otra, la Literatura. No lo digo yo, sino la Real Academia Española de la Lengua (RAE). En sus primeras acepciones, escritor es “persona que escribe”, es decir, cualquiera. Y Literatura, “arte de la expresión verbal”. Captad bien: Arte.




Reproduzco a continuación, textualmente, un párrafo extraído del principio de una obra firmada por una de estas prolíficas autoras con seudónimo extranjero:
Caminó con chulería hasta allí, moviendo las caderas mostrando la minifalda negra que apenas le cubría el trasero, y apoyó las manos en la barra de mármol blanco, levantando una ceja
Si alguien ve Arte en estas líneas, le rogaría que me señalara dónde está.
Con el respeto que me merece cualquier lector/a, creo que el nivel de exigencia, por regla general, es mayor entre quienes suelen leer en papel y seleccionar cuidadosamente sus lecturas, que el de los que descargan libros de forma indiscriminada en sus dispositivos electrónicos, y no tenían la costumbre de leer antes de que existieran. La lógica me dice que alguien que pone cinco estrellas a la obra cuyo párrafo acabo de transcribir no conoce “Cumbres Borrascosas”, “El amante de Lady Chatterley” u otros clásicos de la Literatura romántica universal.
Esta conflictiva situación daña, sobre todo, a las buenas escritoras de Literatura romántica contemporánea, que las hay. Creadoras que conocen el lenguaje, saben contar historias, se documentan y trabajan sus textos… Cito como ejemplo a Mayte Esteban, cuyas historias de amor, emotivas y bien trabajadas, quedan relegadas ante el asalto masivo de títulos del género con portadas efectistas y mensajes supuestamente cautivadores… pero en cuyo interior la Literatura brilla por su ausencia. Parece que el talento de sus autoras se desarrolla más en la elección de un “nombre artístico” extranjero que en la creación literaria. Y encima atacan –ellas o sus acólitas con comentarios de una estrella a las obras de las rivales que despuntan por su mayor calidad. La propia Mayte ha desvelado estas prácticas en su blog El espejo de la entrada y en su muro de Facebook. 
Como en tantos ámbitos de la vida, la salida a esta situación habría que buscarla en la responsabilidad de todos… De las plataformas de venta, para que comercialicen contenidos originales y retiren los que son producto del plagio; de los autores/as, para que asimilen que no vale todo, que la Literatura es una carrera de fondo y no cualquiera ha nacido con talento para emprenderla; y de los lectores/as, para que no se dejen encandilar por una portada llamativa y lean la muestra gratuita antes de adquirir la obra. Mientras tanto los autores profesionales, independientes o bajo sello editorial, seguiremos a lo nuestro: largos procesos creativos y horas interminables de esfuerzo y soledad frente al folio en blanco o la pantalla del ordenador. No pensamos en hacernos millonarios con esto, sino en sacar al exterior la riqueza que brota de nuestro mundo interior… Convertir las palabras en arte y poder vivir dignamente de ello. Eso, y no otra cosa, es el quehacer literario.
Y vosotros, autores y lectores, ¿cómo lo veis? Espero vuestros comentarios.
¡Gracias y hasta la próxima. amigos!

16 comentarios:

  1. Más que denunciar, yo diría que he recogido en mi blog lo que estaba sucediendo, tal como llevo haciendo en todo lo relacionado con Amazon desde que aterrizó en España. Hay que reconocer que nos dio la oportunidad de darnos a conocer a muchos autores, y recalqué que de todo esto a mí lo que me da pena es la pérdida de la ilusión. Cuando escribía eso no me refería solo a mí, sino a las cientos de personas que escriben bien -autoeditados o con editorial- y que permanecen en la sombra porque Amazon nunca considera a bien incluirlos en una promoción o porque estos otros productos estaban ahí, en primera fila, impidiendo su visibilidad. Son personas que en algunos casos han dejado de escribir, que han abandonado todo esto.

    También conté que fui víctima de dos plagios -a la misma novela, tiene narices-, pero que demostré que era mi trabajo, porque tengo la documentación, y enseguida las retiraron. Usé mi trabajo como ejemplo porque es mío y no quería involucrar a nadie, no lo necesito para ejemplificar lo que ha pasado. Insisto en lo que dije, no me preocupa mucho porque mi mercado está más en el papel que en el digital.

    Tengo que añadir que ya lo han contado varias personas, que Amazon ahora pide que demuestres que la obra es tuya antes de subirla. No sé las veces que cuando nos mandan una encuesta para ver qué se puede mejorar en KDP que se lo he dicho, pero se ve que hasta que no ha pasado esto no han hecho ni puñetero caso.

    Veremos si algo mejora.

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    1. Esperemos que, al menos, esto haya servido para que se tomen medidas contra el plagio y los tramposos no lo tengan tan fácil. Gracias por comentar, Mayte! :-)

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  2. La culpa de esas ventas trucos aparte son lo que llamo pasapaginas. Leen sin leer, asi que no les importa como este escrito. Eso si al año igual t dicen que leen 150 libros. El tema es que como lectora una vez te pueden engañar y lo compras. Pero no repites. Y si lo hacen... no entiendo como dicen ser lectoras

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    1. Como autora que suda cada frase que escribe, tus palabras me consuelan, Iratxe. Ojalá todos los lectores se preocupasen, como tú, de escoger obras con calidad literaria.¡Gracias por comentar!

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  3. Rocío, muchas gracias por esta entrada, muy completa, y muchos nos hemos quedado sin palabras. Esperemos sigan descubriendo los huecos dañados en esta plataforma. El acto realizado por esas personas ha hecho mucho daño, ha dejado marcas, la verdad, penoso, saber la.cantidad de gente que ha dejado de percibir sus reales regalías por el efecto dominó de esas maniobras, da mucha pena y vergüenza.

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    1. Gracias a ti por comentar, Ruthy. Esperemos que esto haya servido para que se tomen medidas contra el fraude y se corten las alas a los tramposos. Según ha comentado Mayte Esteban más arriba, al parecer Amazon va a exigir a partir de ahora que cada autor demuestren que la obra es suya antes de subirla. Tal medida ya supondría un avance.

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    2. Es una gran noticia que Amazon lo haga, así el plagio quedará controlado. En horabuena!!!

      Los autores que creamos historias desde lo las profundo de nuestra imaginación, somos blanco facil ante este flagelo que persigue poner mal parado a los que sólo quieren publicar e ir escalando poco a poco.

      Nuevamente, Gracias Rocio.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Hola Mami Ceide! Ignoro las razones que te han llevado a eliminar los comentarios que dejaste en este blog y lamento tu decisión. En cualquier caso, llegué a leerlos y me gustaría hacerte algunas apreciaciones. La calidad de las obras autopublicadas en Amazon es responsabilidad de sus autores, no de la tienda, que se limita a ofrecer una plataforma para comercializar libros que, de otra forma, es probable que nunca vieran la luz. Como supongo sabrás, Amazon también tiene varios sellos editoriales (Amazon Publishing, Amazon Encore, etc.), cuya calidad revisa como cualquier editorial. Respecto a los autopublicados actúa únicamente como tienda, siendo en este caso el autor el responsable de lo que ofrece a sus potenciales lectores. Entiendo que ese filtro del que hablas no le resultará rentable desde el punto de vista empresarial, dada la enorme cantidad de obras que se autopublican. En el caso de las que, como bien dices, salen llenas de faltas de ortografía y errores gramaticales, la ausencia de calidad lingüística y literaria debería disuadir al lector de su compra. Nadie debe sentirse engañado en este sentido, puesto que la multinacional ofrece una muestra gratuita del principio del libro, que se puede y se debe leer antes de tomar la decisión de compra. Te invito y animo a dejar tus opiniones en libertad. ¡Gracias!

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  7. Mil disculpas Rocío. Primero dupliqué mi comentario. Luego quise borrar uno y borré los dos. Soy nefasta para esto. Lo siento. Estoy de acuerdo contigo. Es difícil controlar que tantísimas obras mantengan un nivel mínimo de calidad. Pero estarás de acuerdo conmigo en que sería lo ideal. Nada, que como dije, a los que nos gusta escribir lo hacemos sea cuales sean las condiciones, verdad? Y si alguien lee lo que escribimos y le gusta ya es lo más de lo más. Un saludo a todas/os.

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  8. Claro que sería lo ideal, aunque sinceramente no lo veo factible. De acuerdo contigo en que, a quienes nos gusta escribir, lo haremos siempre. Celebro que tus comentarios se hayan borrado por causas distintas a la censura o autocensura. ¡Gracias y a seguir en la lucha! Al menos, tras haberse descubierto este escándalo parece que, a partir de ahora, Amazon exigirá a los autopublicados que certifiquen la autoría de sus obras. ¡Algo es algo!

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  9. No comparto su idea de que los lectores en papel leen mejores libros que los que leen en digital. Yo leo desde niña,siempre leí en papel, he leído los clásicos y los noveles, pero siempre he buscado calidad y que me aporte algo. Pero como bien sabe los digitales son más económicos y fáciles de transportar. En dos ocasiones tuve que dejar libros atrás y aún lo siento. Así que por esas dos razones ahora leo en kindle. En lo que si coincido es que a veces publican en Amazon con muy poca calidad y errores garrafales, creo debían cuidar mas eso, pero no se de quien depende. Lo que si se que he encontrado allí muy buenos libros y considero que es una buena forma de acceder a todo tipo de géneros. A mí personalmente no me gustan las novelistas rosas, pero soy capaz de leerla si además de romance tiene algo más que le de valor y hay muy buenas autoras que lo logran en diversos generos

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  10. Hola, Armo Alf. Por supuesto que habrá muchos casos como el tuyo, de lectores que sí tienen cultura literaria y se han pasado del formato papel al digital. Yo misma leo mucho en digital últimamente, por dos factores; es mucho más barato y no ocupa el espacio de los libros. El aprecio por la buena Literatura no depende del formato, sino del hábito de leer. Lo que digo en la entrada es que buena parte de los lectores de kindle son nuevos, es decir, no tenían la costumbre de leer antes de que existieran esos dispositivos. Una buena parte, no todos. También pienso, como tú, que hay muy buenos autores y autoras autopublicadas, aunque en otros géneros más que en el romántico. Al menos, según mi experiencia. ¡Muchas gracias por comentar!

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  11. Pues yo entiendo que, tal como Amazon lo plantea, si uno quiere comprar mierda y otro quiere vender mierda es lícito que acaben haciendo negocio, hablemos de literatura o de cualquier otro producto. Personalmente, como lector, una obra con faltas de ortotipografía a mí me echa para atrás desde el principio, aunque como escritor trate de dar la mayor calidad posible (para mí, claro).
    A la plataforma le interesa que haya movimiento porque ello redunda en su beneficio. Otra cosa es el plagio, los tejemanejes para dar visibilidad a tu libro, la piratería... en fin, eso es competencia desleal o incluso un delito, y hay que luchar de todas las formas posibles contra ello.

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  12. Suscribo tus palabras, amigo Cándido. También yo abandono desde el principio cualquier obra mal escrita. Y sobre el plagio y la piratería, por supuesto que son delitos tipificados aunque, por desgracia, no se castigan como debieran. Yo he denunciado a la policía el pirateo repetido de mi obra "Ellas y el sexo", con el consiguiente daño económico, sin que hasta la fecha haya obtenido respuesta alguna... ¿Para qué queremos tantas leyes, si no se cumplen?¡Gracias por comentar!

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